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viernes, 20 de marzo de 2009

La ANECPAP ataca de nuevo


Del jueves 5 al sábado 7 pasados, la Asociación Nacional de Estudiantes de Ciencia Política y Administración Pública (ANECPAP) realizó su primer encuentro regional en la Universidad de Guanajuato, con el apoyo de la nueva División de Derecho, Política y Gobierno. La organización estuvo a cargo del comité local “Euquerio Guerrero”, en particular Juan Pablo Arce, Juan Pablo Quiroz y Luz María Chimal. En el edificio central se concentraron entre 300 y 400 chicos que provenían de buena parte del país –por eso no entendí lo de “regional”-. Se reúnen de vez en vez para debatir los temas políticos y sociales del momento, y en esta ocasión dedicaron el encuentro a la cuestión de “El municipio, célula política y administrativa de nuestra federación”.

Los chavos me invitaron a participar con una conferencia, misma que no puede concentrar en el tema señalado por no ser mi especialidad. Lo bueno es que sobre la materia los chavos ya habían escuchado disertaciones excelentes como la de Enrique Cabrero y Carlos Moreno Jaimes. Como me tocó ser el conferencista de salida, el sábado y después del medio día, buena parte de los pibes se había acomodado en las cómodas butacas a reposar la desvelada de la juerga nocturna anterior. Quise hablarles sobre la perspectiva electoral de este año desde el ámbito local. Un tema soporífero que sin duda ayudó a muchos a reposar la pupila.
Pero comencé platicándoles mis experiencias personales con la ANECPAP. Recordé que en 1996 tuve mi primer contacto con la asociación en un congreso en Toluca. Ahí coincidimos con el doctor Pedro Ferraz de Abreu, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts, fundador y presidente del Centro de Investigación en Tecnología de la Información para la Democracia Participativa (CITIDEP), organismo con sedes en Lisboa y Boston que congrega a cerca de un centenar de investigadores de siete u ocho países. Desde entonces me uní al CITIDEP, y también lo hicieron algunos de los entonces líderes de la ANECPAP, como Alejandra Sota Mirafuentes, hoy Coordinadora de Estrategia y Mensaje Gubernamental de la Presidencia de la República. La ANECPAP y el CITIDEP mantuvieron comunicación un tiempo, pero el problema de una asociación estudiantil es que está formada por estudiantes, y esta condición es por definición efímera –bueno exceptuando a los “fósiles”-. Ha sido difícil mantener la colaboración, pero en marzo de 2001 logramos realizar una mesa de trabajo en el VI Encuentro de la ANECPAP, en Guanajuato, que fue coordinado por Iovana Rocha. Nos trajimos a Pedro Ferraz desde Lisboa y armamos una mesa con otros investigadores del CITIDEP capítulo México. Las intervenciones todavía pueden encontrarse en la página electrónica del CITIDEP.
Luego participé en otro encuentro de la ANECPAP en Aguascalientes, y todavía conservo la amistad de los entonces estudiantes, hoy colegas, como el doctor Jesús Aguilar López profesor de la UAA. En fin, que ha sido muy placentero mantenerse cerca de este tipo de encuentros juveniles, tan necesarios y tan entretenidos.
Aunque lo intenté, no limité mi participación a las anécdotas. Debí socializar mis inquietudes sobre las nuevas circunstancias de la reforma electoral federal y local. También insistí sobre los pendientes que aún se presentan para lograr avances e el ámbito de la confiabilidad de los árbitros electorales, en particular los actuales métodos de selección de consejeros electorales, las enormes carencias en cuanto a material humano con que se enfrenta el proceso de reclutamiento y capacitación de funcionarios de casilla, el enorme gasto que representa mantener a 33 burocracias electorales en el país, los abusos de los partidos cuando se trata de beneficiar a sus arcas y a sus líderes, la inconsistencia de haber concentrado tanto esfuerzo del IFE en el monitoreo de los medios electrónicos mientras que su consejo general dictamina sobreseimientos increíbles, etcétera. Sin duda, el sistema electoral mexicano no pasa por sus mejores tiempos.
Los chavos de la ANECPAP son inquietos, inquisitivos y discutidores. Muchos son muy estudiosos y de seguro formarán parte de la generación de líderes del porvenir inmediato. Los saludo dondequiera que ahora estén y les deseo que se formen con solvencia para que rescaten al país del agujero en el que lo hemos metido.

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