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martes, 6 de octubre de 2009

Intolerancia y quema de libros


Intolerancia y quema de libros

Por: © Luis Miguel Rionda ©

Publicado en el de Guanajuato.
También en 15Diario
, cotidiano de Monterrey NL.

Dijo el filósofo alemán Heinrich Heine: “donde se queman libros, se termina quemando personas”. Eso fue en 1820. Un siglo más tarde Alemania, la nación más civilizada de Europa, cayó en una profunda depresión moral y económica luego de la “Gran Guerra” de 1914-1918, que perdió y por lo que se le obligó a pagar onerosos cargos a sus vencedores. Los alemanes cedieron a la tentación del pensamiento autoritario y en 1933 apoyaron el ascenso del partido Nazi y de su líder, el lunático Adolfo Hitler. Este personaje retomó la tradición que había inaugurado la Santa Inquisición siglos antes y arremetió contra los símbolos objetivados de la cultura y la sabiduría humanas: los libros. El 10 de mayo de ese año, los camisas pardas tomaron por asalto las bibliotecas alemanas y quemaron decenas de miles de libros de filósofos, poetas, pensadores, y literatos, a quienes se consideró peligrosos para el régimen excluyente.


Leo en el sitio electrónico de la Deutsche Belle que ese fue el detonante para la persecución y la expulsión de científicos e intelectuales de Alemania. Según el historiador Michael Grüttner, de esta manera comenzó su decadencia como nación privilegiada por la ciencia, pues en pocos años emigraron 24 premios Nobel de Alemania y Austria hacia los Estados Unidos.
Cuando una sociedad acepta e incluso promueve la quema de libros, está avanzando rápidamente hacia la intolerancia y el autoritarismo, así como al atraso moral. La exclusión de otras formas de pensar es una de las manifestaciones más patentes del pensamiento unívoco, ese que no acepta más forma de ver las cosas que la suya propia, y por lo mismo busca imponerla al resto de la sociedad.

Eso es lo que viene ocurriendo en Guanajuato, donde el gobierno estatal y algunos padres de familia rechazan el contenido de ciertos libros de texto oficiales que se emplean en la educación secundaria. Dice uno de los líderes de la fantasmal asociación “Suma tu voz”, Alberto Guerra: “Expresamos nuestro apoyo a la educación sexual basada en valores y nos manifestamos en contra de imposiciones ideológicas y sin perspectiva de familia”. Y sigue: “rechazamos las imposiciones ideológicas en educación sexual tanto en primaria como en secundaria a través de los libros de Ciencias I, Biología y Cívica y Ética para segundo y tercer grado de secundaria”.
Y junto con sus secuaces arremetió contra los libros y los quemaron en la plaza pública de León, a la manera de la inquisición y los nazis.
¿Cuáles son esos “valores” de los que habla este señor? ¿Los suyos o los míos? La educación sexual es una cuestión que debe ser abordada con visión científica y objetiva tanto en casa como en la escuela. Los chicos deben tener información confiable para tomar decisiones pertinentes en torno a su cuerpo y futura vida sexual. Yo no tengo nada contra los valores que otros padres les impongan a sus hijos, pero rechazo que un modelo moral o religioso se convierta en el único. Eso es intolerancia y pronto veremos cómo queman en la plaza pública a los diferentes, a los heterodoxos y a los críticos (uups: ¡como yo!)

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