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viernes, 29 de julio de 2011

Hace un año, 2

Hace un año, 2

Publicado en Milenio de León.

En sesión del Ayuntamiento de Guanajuato capital del 13 de julio de 2010 se emitió un acuerdo autorizando la factibilidad en el cambio de uso de suelo del predio “Granja La Bufa”, de poco más de 47 hectáreas que abarcaban el cerro del Hormiguero –precisamente donde se realiza desde 1624 la verbena popular para celebrar al Santo Patrono de la ciudad, Ignacio de Loyola hasta la propia cuenca de la presa colonial Pozuelos, tan lastimada. Lo abrupto de la decisión, que se venía cocinando desde diciembre en negociaciones muy reservadas, nos sorprendió fuertemente a muchos ciudadanos comunes. Reaccionaron en particular los jóvenes estudiantes y algunas personas mayores que temieron por el destino de esta fiesta popular, así como por el arranque de un proceso de urbanización salvaje en un área que hasta entonces se había mantenido ajena a la especulación urbana.
El instrumento que ese grupo de jóvenes y adultos encontraron para canalizar su enojo y comenzar a organizar un Movimiento Social Urbano –en la terminología de Manuel Castells- fueron las redes sociales que han surgido gracias a las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, las célebres TIC’s, cuyo espacio principal es la virtualidad del internet. En este caso la herramienta privilegiada fue la red social Facebook, fundada como es de todos sabido por el joven Mark Zuckerberg (1984), estudiante de la Universidad de Harvard, a mediados de la década pasada. Un par de jóvenes, Cecilia Barrera (1988) estudiante de Derecho de la UIA-León, y Alfredo “Kanels” Segura (1985), recién egresado de la misma carrera en la Universidad de Guanajuato, decidieron abrir un grupo de discusión en el Face, al que denominaron “Guanajuato somos todos!!”, así con doble admiración.
En pocos días nos sumamos centenares de participantes y las discusiones y el enojo colectivo nos llevó a acordar la realización de un primer encuentro personal de los integrantes que pudieran. El 22 de julio un grupito de 20 personas nos reunimos en el estacionamiento de un centro comercial, desde donde se admira –espléndida- La Bufa. Acudieron sobre todo jóvenes, pero también algunas señoras y yo, que ya acumulamos edad. Ahí se definió la primera acción colectiva: una marcha multitudinaria para el siguiente domingo 25, que partiera del monumento a Florencio Antillón, hasta la Plaza de la Paz. En tres días se organizó el operativo, que requirió de una gran colaboración entre personas que hasta ese día no se conocían.
La cita fue a las 11:00, y a esa hora éramos muy pocos los que nos apersonamos frente a la Escuela de Música. Al principio el miedo fue al ridículo, a que marcháramos 20 ó 30 “catrines” –siempre nos han acusado de ser un movimiento clasemediero- por entre el tráfico y la indiferencia popular. Afortunadamente no fue así: de los autobuses urbanos bajaban y bajaban personas vestidas con playera blanca y pantalón de mezclilla, el atuendo que acordamos emplear para identificarnos. Ya cerca del mediodía, comenzamos a marchar más de 250 personas –yo las conté- enarbolando cartelones y pancartas, pero sobre todo gritando a todo pulmón: “¡Guanajuato tiene voz!”, “¡Ni hoteles ni casas, queremos La Bufa así como está!” “¡Nicéforo, entiende, La Bufa no se vende!”
Por una confusión inevitable, otro grupo de ciudadanos se había reunido en la glorieta Pozuelos. Pudimos contactarnos y ellos atravesaron el túnel que lleva a Embajadoras, donde se nos unieron en medio de una gran algarabía. Nuestro grupo fue creciendo hasta que al atravesar por el Jardín Unión ya éramos más de 500 vociferantes. Culminamos en el monumento a La Paz, donde la lluvia no arredró a una multitud exaltada, que defendía su tradición, su cultura y sus espacios naturales.
La autoridad municipal reaccionó con la descalificación y la diatriba. Se nos acusó de ignorantes desinformados, manipulados por “intereses políticos oscuros”, y no sé de qué más. El movimiento continuó. Otra vez por medio de las TIC’s, mediante los grupos “Guanajuato somos Todos” y “Rescatando Los Picachos”, a los que pronto se unieron el Consejo Ecologista Guanajuatense y el Frente Cívico “Euquerio Guerrero”, convocamos a una segunda movilización, que se realizó apenas seis días después el sábado 31, el mero Día de la Cueva.

Para esa marcha ya hubo más coordinación y eficiencia. Nos reunimos en la glorieta Pozuelos, ahora portando más pancartas y más camisetas con el rojinegro logotipo de GST. Con un equipo de sonido rentado animamos una caminata de más de mil personas, sobre todo familias acompañadas de sus chiquitines, que recorrimos los dos o tres kilómetros de carretera panorámica que separan la glorieta del cerro de El Hormiguero, donde se realiza la verbena popular desde el siglo XVII. Los comerciantes nos regalaban botellas de agua. Los paseantes nos vitoreaban, y muchos se nos unieron, hasta que llegamos a la explanada cerril donde realizamos un nutrido mítin, donde quien quiso hizo uso del micrófono. Al final culminamos con nuestro canto de guerra: “Tierra de mis amores”, de don Jesús Elizarrarás.
Continuaremos rememorando la próxima.


martes, 26 de julio de 2011

Salvador Rocha Díaz, in memoriam, 2/3

Salvador Rocha Díaz, in memoriam, 2/3

Publicado en de Guanajuato.

Salvador Rocha Díaz nació en San Miguel de Allende el 21 de diciembre de 1937. Fue hijo de don Manuel Rocha Lassaux ‑prominente abogado y político local, el primer diputado de oposición del país‑ y de la señora Carmen Díaz Sautto. Cursó sus estudios primarios y secundarios en su ciudad natal. Estudió la preparatoria en la ciudad de México en el muy conocido CUM ‑Centro Universitario México‑, entre 1952 y 1953, de donde egresó con el grado de bachiller en humanidades. Los estudios profesionales los realizó en la Facultad de Derecho de la UNAM entre 1954 y 1958. Se tituló el 9 de septiembre de este año con la tesis El carácter accesorio de la fianza, que obtuvo mención honorífica por parte del jurado.
Realizó cuatro estudios de postgrado: un diplomado de primer ciclo en la Facultad Internacional para la Enseñanza del Derecho Comparado en Estrasburgo, Francia, en 1963; un diplomado de segundo ciclo en la misma facultad en 1964; un diplomado en estudios superiores de derecho comparado, en la misma facultad en 1965, y una especialidad en derecho fiscal en la Escuela de Derecho de la Universidad Panamericana en 1981.
Su ejercicio profesional en la abogacía lo comenzó en el despacho del conocido jurista y poeta leonés Xavier de San Martín, personaje que influyó profundamente en la visión filosófica y estética del joven practicante Rocha Díaz. A partir de 1959, ya recibido, ejerció en la firma Rocha y Hegewish abogados, bufete del que fue fundador, socio y director.
Desde 1964 ejerció la cátedra en diversos centros académicos, como la Facultad de Derecho de la UNAM (1964-1982), donde impartió diversas materias de derecho civil. También ha sido profesor titular en la Universidad Iberoamericana (1967-1974). Fue profesor visitante en el St. Mary's University of San Antonio, Texas, en la Escuela de Derecho de Hermosillo, Sonora, así como en la Universidad de California-Los Ángeles.
Fue miembro activo de la Barra Mexicana-Colegio de Abogados desde 1959, y en ella ha llegado a formar parte de su Consejo Directivo (1972-1976). También fue miembro de la Inter-American Bar Association desde 1960, y también perteneció a su Consejo Directivo (1975-1988). Fue miembro del Consejo Asesor de Euroforum, Centro Europeo para el Desarrollo de la Empresa, hasta septiembre de 1988.
Sus publicaciones abordaron temas de técnica jurídica y análisis constitucional. Sobresalen los libros: Los contratos aleatorios (Porrúa, 1968); Municipio Libre: autonomía fiscal y democracia (Porrúa, 1983); Técnica legislativa (obra colectiva, Porrúa, 1988); La renovación nacional a través del Derecho. La obra legislativa de Miguel de la Madrid (obra colectiva, Porrúa, 1988); Las reformas constitucionales iniciadas por el Lic. Miguel de la Madrid Hurtado (CNOP, 1988); Legislación en materia de control de cambios (con Leonel Péreznieto, ed. Harla, 1989); Estudios jurídicos y otros escritos (ed. Harla, 1991), y El derecho mexicano hacia la modernidad (obra colectiva, IIJ-UNAM, Porrúa, 1991). Por otra parte, publicó al menos 29 artículos especializados en técnica jurídica, en revistas prestigiadas de esta disciplina.
Se inscribió como miembro del PRI el 19 de junio de 1961. Participó en varias actividades partidistas, pero su vida política se activaría fuertemente cuando en 1982, a los 45 años, fue propuesto por el PRI como candidato a la diputación federal del IX distrito de Guanajuato, donde se ubicaba San Miguel de Allende, su terruño. Obtuvo el triunfo y ejerció la diputación en la LII Legislatura hasta 1985. Ese sería su primer cargo de elección. Como mencionamos antes, la Senaduría que ejerció entre 1994 y 2000 sería el segundo.
Continuaremos la próxima semana…


viernes, 22 de julio de 2011

Hace un año, 1

Hace un año, 1

Publicado en Milenio de León.

Hace un año ya, el actual ayuntamiento de la ciudad de Guanajuato cometió el más grande error de su gestión. Bueno, el más grande en estos 21 meses de su mandato; todavía le faltan 15. Aunque el error fue pagado caro, finalmente fue un gran aprendizaje en la construcción de una ciudadanía crítica y activa en la capital del estado. Vale la pena rememorar un poco los hechos, a manera de homenaje al movimiento social que se desató en consecuencia. Recordemos que la “Empresa Mercantil Constructora Azacán S.A. de C.V.” había presentado el 2 de diciembre de 2009 ante el gobierno municipal, un estudio de compatibilidad urbanística para el cambio de uso de suelo en un predio de su propiedad denominado “Granja La Bufa”. El terreno en cuestión tenía, según el Plan de Desarrollo Urbano de 1994 aún vigente, un uso de suelo de preservación ecológica y parque urbano. Pero el dueño buscaba desarrollar “un proyecto que considera varios equipamientos de tipo: comercio, recreativo, de transporte, así como de usos de servicios y habitacional.”
Estaba muy fresca en la memoria de los capitalinos la historia de cómo se había hecho la constructora de ese terreno. Un periódico de circulación estatal había dado seguimiento a la adjudicación de la obra del nuevo acceso a la ciudad, denominado “Diego Rivera”, una obra de gran magnitud, de 200 millones de pesos de inversión, que atravesaría una superficie virgen pero demasiado cercana a los cerros más emblemáticos de Guanajuato: La Bufa, Los Picachos y El Hormiguero. Cito una nota de Martín Fuentes y Alfonso Ochoa del 9 de febrero de 2007: “(…) en diciembre de 2005, el constructor Alejandro Marcocchio, a quien días después se le asignaría el trabajo [del nuevo acceso], compró 47.4 hectáreas de superficie atravesada por la nueva carretera, según consta en el Registro Público de la Propiedad. Meses después, justo el 15 de septiembre del 2006 y a días de que concluyera el gobierno del PRI, encabezado por el entonces presidente interino Juan Antonio Valdés Fonseca, se modificó el ‘Plan de Ordenamiento Territorial del centro de población de Guanajuato, Guanajuato’, lo que permitiría al contratista construir zonas poblacionales de baja densidad en sus predios.” El nuevo POT se alcanzó a publicar en el Periódico Oficial del estado el 17 de noviembre de 2006, e inquietantemente señalaba: “se protegen aquellas zonas de valor escénico, con las que cuenta el municipio, como lo es el caso de la Bufa, cuyo peñón se mantiene libre de cualquier tipo de desarrollo”. ¡Zambomba! Se abría así la puerta a la urbanización del nuevo acceso, dejando libre solamente… el peñón.
El constructor había adquirido el predio de su anterior propietaria, Martha Guadalupe Rodríguez Gaudiano, por un precio de 248 mil 602 pesos con 40 centavos. Es decir, 1.9 pesos el metro cuadrado. Seguramente pagó más, pero sin duda el metro le siguió costando muy barato. Entretanto la empresa construyó la nueva carretera de cinco kilómetros, modificando la traza original y desatando la controversia pública al movilizar enormes cantidades de tierra y construyendo dos grandes terraplenes en Granja La Bufa para modificar su pendiente del 20% al 8%, cuyo interés privado era evidente. El impacto del proyecto sobre la zona fue de enormes dimensiones, y la sociedad civil no reaccionó a tiempo para detener el despropósito. Nostra culpa…

Durante la administración de Eduardo Romero Hicks (2006-2009) no se pudo formalizar la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) 2008, para permitir al desarrollador cambiar el uso de suelo en Granja La Bufa. Algunos regidores, como Dolores Gasca, Samantha Smith y Salvador Flores, denunciaron en su oportunidad la intención de concretar ese cambio mediante el nuevo POT y beneficiar al poderoso particular.
Dicha permuta en el uso del suelo debió esperar a la siguiente administración municipal, que tuvo menos recato en permitirlo, incluso sin contar con el instrumento legal del POT actualizado que ordena la Ley Orgánica Municipal. Las negociaciones del constructor rebasaron a los grupos de interés locales, e involucraron a fuerzas supramunicipales, como el propio gobernador del Estado, quien desarrolló sus oficios para garantizar un buen ambiente para el proyecto.

En sesión del 13 de julio de 2010, el ayuntamiento encabezado por Nicéforo Guerrero Reynoso, quien había obtenido su triunfo electoral gracias a una inédita coalición PRI-PRD, emitió un acuerdo autorizando la viabilidad en el cambio de uso de suelo en Granja La Bufa. Los tres principales grupos partidistas en el cabildo expresaron su venia, incluyendo a la oposición panista, demasiado entusiasmada con el proyecto. Diez regidores y los dos síndicos votaron a favor. Sólo los dos regidores del Partido Verde se opusieron. Demasiado alimento para el sospechosismo…
Continuaremos rememorando la próxima.


martes, 19 de julio de 2011

Salvador Rocha Díaz, in memoriam, 1/3

Salvador Rocha Díaz, in memoriam, 1/3

Publicado en de Guanajuato.

Salvador Rocha Díaz, prominente abogado y talentoso político guanajuatense, murió este domingo pasado. Escribo estas líneas a manera de modesto homenaje personal, en mi nombre y en el de mi padre, a quien le unió una estrecha amistad y ciertas complicidades intelectuales. Tuve la fortuna de haber colaborado con don Salvador cuando fue Secretario de Gobierno por segunda vez, entre 1991 y 1992, durante los 16 primeros meses de la administración del gobernador interino Carlos Medina Plascencia. Yo fui uno de sus dos asesores, y a pesar de mi juventud de entonces me hizo cargo de grandes responsabilidades, que siempre le agradecí porque me dieron la oportunidad de crecer como servidor público. Dejó el cargo debido a crecientes diferencias con el gobernador, y regresó al ejercicio de su profesión, en la que siempre fue muy exitoso. En 1994 contendió por una Senaduría guanajuatense que obtuvo con gran holgura de votos (53%). Eso le animó al año siguiente a buscar la candidatura del PRI a la gubernatura estatal, pero sin éxito. Se la ganó Ignacio Vázquez Torres, quien se evidenció rápidamente como un candidato anacrónico, que fácilmente fue opacado por la energía y el carisma de Vicente Fox, quien se quedó con el cargo. Como comentó públicamente el periodista Arnoldo Cuéllar, Rocha Díaz pudo haber sido mal candidato, pero sin duda hubiera sido un espléndido gobernante.
Salvador Rocha era dueño de una inteligencia deslumbrante y de una cultura cuidadosamente trabajada a lo largo de una intensa vida llena de intereses muy diversos y una gran curiosidad intelectual. Cuando colaboré con él con frecuencia me convocaba a su oficina, ya tarde y acercándose el final de una jornada laboral que él extendía a 12 o más horas, únicamente para charlar conmigo sobre temas que nada tenían que ver con el trabajo: sus lecturas, sus gustos artísticos, su amplio conocimiento de la comunidad artística y cultural nacional, sus viajes y sus encuentros con culturas muy diversas, etcétera. No pocas veces concebimos proyectos culturales, que a veces pudimos concretar. A veces las charlas terminaban hasta después de la media noche, pero nunca significaron para mí fatiga alguna, a pesar de que don Salvador llegaba siempre temprano a la oficina.
Recuerdo cuando dimos la batalla para acercar el Festival Internacional Cervantino a las demandas y necesidades de la comunidad guanajuatense. Había una sensación generalizada de que el FIC se regía por prioridades centralistas que con frecuencia ofendían y abusaban de las instancias locales. Me tocó redactar un documento que recogió las convicciones compartidas por las diferentes instituciones locales, como la Universidad de Guanajuato, el Ayuntamiento, los prestadores de servicio, el Instituto Estatal de Cultura y las diferentes instancias del Gobierno del Estado con las que el FIC tenía necesidad de relacionarse para garantizar un desarrollo adecuado del evento. Don Salvador le entregó el documento a doña Mercedes Iturbe, directora general del FIC, quien reaccionó con una indignación fuera de proporción y renunció escandalosamente al puesto. La comunidad intelectual nacional quiso culpabilizar al “obtuso gobierno panista de Guanajuato” de la inminente decadencia, si no es que desaparición, del encuentro cultural más importante de América Latina. Salvador Rocha se movilizó, y convenció a muchos de esos artistas y personajes de la cultura que nada había más alejado de la realidad. Tuvo mucho éxito, e incluso logró que un joven abogado de sus cercanías, también músico y experto en ópera, Sergio Vela, fuese nombrado director general del FIC.
El nuevo director del FIC procuró acercarse a los sentires locales, y por sugerencia de Rocha mudó su residencia a Guanajuato. El Gobierno del Estado, también por intermediación del Secretario de Gobierno, adquirió de la familia Lambert la casa de la plaza de San Francisquito, donde todavía hoy se ubican las oficinas locales del FIC. Con la renuncia de Rocha Díaz se vino abajo la intención de mudar completamente la dirección del FIC a la ciudad de Guanajuato. Vela pronto se regresó al DF, y el FIC continuó tan centralizado como siempre. Sólo la directora de planeación del FIC, Adriana Camarena, cuñada de don Salvador, se mudó definitivamente a Guanajuato capital, donde ha hecho su vida y su familia, hoy viuda del entrañable don Guille Rocha.
También me tocó apoyar a don Salvador en el rescate del Coloquio Cervantino Internacional, en su sexta edición. El gobernador Medina no tenía interés alguno en apoyar un evento que no alcanzaba a comprender. Además, las diferencias ideológicas del gobernador con don Eulalio Ferrer, viejo español republicano, y con Enrique Hagen, el director del Museo Iconográfico del Quijote, dificultaban el lograr un acuerdo. Don Salvador entró al quite y convenció al gobernador de financiar el evento. Yo me hice cargo de coordinar dicho apoyo, y con la participación de la Universidad de Guanajuato se salvó el coloquio, e incluso el propio museo, pues don Eulalio llegó a amenazar con llevarse su colección quijotesca de Guanajuato.

Continuaremos…

viernes, 15 de julio de 2011

Nuevo juicio

Nuevo juicio

Publicado en Milenio de León y en 15Diario.

El pasado martes 12 presenté ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE), vía el Tribunal Electoral del Estado de Guanajuato (TEEG), una solicitud para entablar un juicio de protección a los derechos político-electorales del ciudadano (JPD en la jerga abogadil), con base en la Ley General de Medios de Impugnación y la propia Constitución General de la República. Lo hice para combatir la sentencia que dictó el TEEG el 5 de julio anterior, donde resolvió ratificar el acuerdo del pleno del Congreso del Estado del 30 de mayo, mediante el que se designó al nuevo consejero ciudadano para integrarse al Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG).
El agravio principal que alego es el de la violación a principios constitucionales de legalidad, equidad, certeza, debido proceso, transparencia, exhaustividad y de interpretación y relatividad legal, así como acuerdos internacionales sobre derechos humanos.
Hay que recordar que desde que se promulgó el Código Electoral del Estado de Guanajuato el 22 de noviembre de 1994, se determinó un proceso de selección de los consejeros ciudadanos generales del IEEG -integrado el 15 de enero de 1995-, que en sus orígenes fue de avanzada por la ciudadanización plena del órgano electoral, pero que con el tiempo se ha vuelto anacrónico, obscuro y que en la práctica ha partidizado al órgano superior. El artículo 56, reformado en 2008, ordena que de los cinco consejeros propietarios, tres sean electos “a propuesta del grupo parlamentario que tenga mayor número de diputados, uno a propuesta de la primera minoría y otro, a propuesta de los demás grupos parlamentarios y representaciones parlamentarias, representados en el Congreso del Estado.” En esta ocasión se trataba de este último caso, ya que los grupos y representaciones parlamentarias del PVEM, el PRD, el PANAL y Convergencia debieron ponerse de acuerdo para armar una terna para someter al pleno.
Pude ser incluido en esa terna, luego de autoproponerme y de emprender una ardua labor de cabildeo para convencer a los diputados locales de mis capacidades con base en mi trayectoria en el ámbito electoral. Desgraciadamente desde el inicio se evidenció que los diputados tenían “precocinado” el acuerdo, y que integrarían la terna sólo para cumplir con el requerimiento que habían obviado en el nombramiento de los dos consejeros anteriores, defenestrados luego de sendos procesos legales ante el TRIFE.
Nunca albergué falsas esperanzas, pues esta era la quinta ocasión en que participaba voluntariamente en el proceso. Lo que busqué –y busco- es que el mecanismo quede evidenciado en su inequidad y en su carencia de garantías para conservar realmente ciudadanizado al IEEG. Hoy día, un solo partido acapara la capacidad de proponer a tres consejeros propietarios, a un supernumerario y, como se evidenció en esta ocasión, la posibilidad de incumplir acuerdos e imponer incluso al consejero que correspondía a las minorías parlamentarias. Así, en la práctica ese partido ha podido designar a cuatro de los consejeros propietarios, sólo con el apoyo de la primera minoría, que le agarró la pata a la vaca. Esto redunda en la pérdida de legitimidad del órgano superior del IEEG, que ha sido integrado primordialmente con exfuncionarios del propio instituto. La endogamia es una enfermedad institucional que perpetúa esquemas políticos y administrativos viciados, que han sido denunciados por los propios partidos y sus representantes ante el consejo.
Por eso me decidí a seguir adelante con mi proceso legal. Sé que así “quemo mis naves” con el Congreso local y sus grupos parlamentarios, pero me motiva el deseo de obligar al estamento dominante a aceptar la necesidad de una reforma electoral seria, que no sólo cambie el procedimiento de selección de consejeros, sino también las condiciones generales de competencia política mediante una actualización de un marco legal que se ha hecho anacrónico. En el 2008 lo intentamos a partir del IGECIP (Instituto Guanajuatense de Estudios en Ciencias Políticas, que dirigía Juan Miguel Alcántara, y hoy José Aben-Amar González). También lo ensayamos por la vía de la asociación política nacional “Propuesta Cívica”, que dirige Sergio Aguayo en el nivel nacional y David Herrerías en el local. No estaría mal repetir la experiencia, pues de todas las propuestas de reforma que expresamos entonces (más de 20) sólo se concretó la reforma al artículo 56, que le quitó al gobernador su capacidad de proponer a dos consejeros propietarios y a los dos supernumerarios. Pero en los hechos hemos visto que tal facultad se mantuvo.

martes, 5 de julio de 2011

La otra independencia

La otra independencia

Publicado en de Guanajuato, en 15Diario de Monterrey, y en Gurú Político en el DF.

Los Estados Unidos de América (EUA) celebraron el día de ayer el 235 aniversario de la firma de su declaración de independencia, documento fundacional que dio pie a una cruenta guerra con la Gran Bretaña que no terminaría hasta 1783 con la firma de Tratado de Versalles y el reconocimiento británico de la soberanía de sus excolonias americanas. Las trece colonias nacieron tempranamente a la vida democrática gracias esa declaratoria firmada el 4 de julio de 1776, la Declaración de Derechos de 1774 y la Constitución de 1787. Un país unido solamente por la voluntad individual de esos estados fundacionales, lo que le dio substancia al federalismo teórico de James Madison y a la división de poderes de Alexander Hamilton y John Locke: los famosos checks and balances que impedirían la excesiva concentración de poder en un solo hombre o en una sola institución.
La Declaración de Independencia norteamericana resumió las aspiraciones de un pueblo multifacético, pero enamorado hasta el delirio de su libertad individual. El norteamericano promedio era inmigrante reciente, con fuertes sentimientos religiosos cuya vertiente protestante le hacía fanático de la salvación celestial mediante el esfuerzo, la austeridad, el ahorro y el único pecado capital admitido por el puritanismo: la avaricia. La Revolución Americana se adelantó a la francesa (1789) por más de una década, y en buena medida ésta se explica por aquélla. Los franceses que apoyaron a los rebeldes americanos se vieron influidos por la nueva ideología libertaria, y sin querer sirvieron para reforzar las aspiraciones que ya latían en la ilustración francesa con Montesquieu, Rousseau y Voltaire. Fueron contagiados por la inteligencia de Benjamin Franklin, el idealismo de George Washington y el pragmatismo de John Adams. El individualismo extremo de los angloamericanos fascinó al pensamiento liberal francés, y fue la mecha del incendio que inflamó a Europa por las siguientes cuatro décadas.
La constitución vigente más antigua, si descontamos a la Common Law de la Gran Bretaña –que además no es escrita-, es la norteamericana. Sencilla pero contundente, definió a un Estado federal débil y a soberanías estatales fuertes, pero todos a su vez limitadísimos en su capacidad para restringir las libertades individuales. El desarrollo del país se dejó en manos de la iniciativa particular y la ambición por la riqueza. Desgraciadamente esas libertades y ese progreso se sustentaron, sobre todo en un principio, sobre la condición más extrema de la explotación humana: la esclavitud. A ello se unió el expansionismo y la belicosidad que provocaron el exterminio de los pobladores nativos y el sojuzgamiento de pueblos vecinos o lejanos como el mexicano, el portorriqueño, el cubano, el filipino y muchos otros más. El “Destino Manifiesto” tradujo en desgracia ajena las bondades de la democracia americana.
Es el norteamericano un pueblo a la vez terrible como generoso. El país más abierto del mundo a la inmigración, pero tamizada de discriminación racial. La Nación de las libertades y las oportunidades, pero a su vez el Estado más intervencionista y el que ha perpetrado atrocidades vergonzosas. Un país de contradicciones, tocado de mesianismo libertario, solidario con frecuencia, pero también abusivo cuando hay la ocasión, encerrado en sí mismo e inexplicablemente provinciano. Pero sin duda con un pueblo extraordinario, pluricultural, potente y amigable. Sin duda con mucho a imitarles, sobre todo sus libertades democráticas y su cultura cívica.

viernes, 1 de julio de 2011

Salud universitaria

Salud universitaria



Publicado en Milenio de León y en 15Diario.

Una de las mejores prestaciones que gozamos los trabajadores de la Universidad de Guanajuato es la denominada Red Médica, que provee de servicios de salud a 12 mil derechohabientes.
Desgraciadamente hoy pasa por una crisis que pone en riesgo su viabilidad financiera, al mostrar un déficit que se eleva ya a 50 millones de pesos anuales. Desde su origen el 12 de septiembre de 1996, la red se propuso “ofrecer a la comunidad universitaria y a sus beneficiarios atención médica con oportunidad, eficiencia, calidad y calidez.” En mi opinión el esquema ha logrado su misión, y es evidente la satisfacción de la mayor parte de sus usuarios, como se ha mostrado en los foros que la UG ha organizado en diferentes espacios universitarios, donde se ha discutido intensamente la problemática y sus posibles soluciones.
La UG se ha comprometido con la sociedad guanajuatense en impulsar un intenso crecimiento en su matrícula y sus servicios educativos, de investigación y de extensión. Para ello ha requerido ampliar su base de infraestructura física y también su capital humano, es decir, sus trabajadores docentes y de apoyo. Entre 2003 y 2011 su personal con derecho a los servicios de la Red Médica ha crecido en 58.3%, al pasar de 3 mil 244 titulares a 5 mil 140. Cada titular representa una o más derechohabiencias, dependiendo de su situación familiar. Curiosamente los derechohabientes sólo se han incrementado de 10 mil 186 a 11 mil 910, un 16.9% de crecimiento en ese mismo periodo. Sin embargo, el déficit financiero se ha disparado en un 43.5% en los últimos cinco años.

La institución está planteando resolver el problema mediante varias medidas paralelas: incrementar las aportaciones por parte de los trabajadores, que hoy día varían entre el 1% y el 4%, según su situación laboral o su aporte voluntario, a un 5% parejo sobre el sueldo base (los trabajadores dentro del esquema IMSS aportan 3.9%, pero sobre la totalidad de su ingreso), lo que representaría un ingreso de 13.2 millones para la Red. Además habría un aporte del gobierno federal por casi 16 millones, ya comprometido con la institución. Pero también se propone el cobro de un deducible a los usuarios a partir de la cuarta consulta médica de primer contacto al año, pues se ha detectado que hay abusos en este ámbito: casi la mitad de las familias utilizan el servicio más de diez veces al año y una cuarta parte de los derechohabientes en lo individual solicita el servicio más de diez veces. Se dice que el estándar de atención médica ideal es de tres consultas al año por persona. ¿Realmente seremos tan enfermizos los universitarios?

Actualmente existe un tope a los deducibles por concepto de consultas y medicamentos. Ese tope se podría relativizar según la situación de cada usuario y familia, a fin de evitar más abusos, pues se tienen detectadas conductas atípicas en la cantidad y tipo de medicación, lo que redunda en que casi la mitad (43%) de los gastos totales de la Red se dediquen a este rubro. También se piensa explorar alternativas como el uso de genéricos, la apertura de farmacias propias, la adopción de un cuadro básico de medicamentos, etcétera.
Sobre el asunto se han dejado oír voces que van desde el rechazo tajante a cualquier intento de aumentar la aportación de los trabajadores –o que me parece suicida e irresponsable- hasta los que estamos de acuerdo en emprender acciones de corrección de abusos –tanto de usuarios como de autoridades- y la exploración de medidas que nos permitan sanear la Red, incluyendo el incremento del aporte salarial y la reducción de deducibles. Sin duda los usuarios que hemos recibido grandes beneficios de la Red somos los primeros en ofrecer nuestro apoyo al salvamento de esta prestación tan bondadosa. Creo que es tiempo de que la comunidad universitaria construya con responsabilidad opciones viables para el futuro, y que las infaltables mezquindades sean hechas a un lado.