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viernes, 12 de agosto de 2005

Competencia y buen gobierno

En este mi regreso al terruño guanajuatense, una de las sorpresas más agradables fue encontrarme con una ciudad capital que se encuentra en plena transformación. Es muy estimulante constatar que el progreso comunitario puede ser sensiblemente estimulado cuando se cuenta con autoridades locales que no solamente laboran con intensidad, sino también buscan y convocan a los otros niveles de gobierno para lograr un objetivo común: mejorar las precarias condiciones urbanísticas de la ciudad de Guanajuato y sacar lustre a una joya arquitectónica que enorgullece a todos los mexicanos. Independientemente de que los muy publicitados 500 millones que invertirá en obra pública esta administración municipal tienen origen particularmente en aportaciones estatales, es de reconocerse que el edil Vázquez Nieto ha desplegado habilidades políticas dignas de elogio, pues ha sabido superar las necesarias diferencias partidarias y traducir este acuerdo entre rivales políticos en obras concretas que ponen en evidencia que la democracia y el pluralismo no necesariamente degeneran en discrepancias y enfrentamientos permanentes, pues si la diversidad se acompaña de tolerancia y cortesía es posible que la sociedad se beneficie de la rudeza del pluripartidismo.
Este afán constructor tiene, evidentemente, intencionalidades políticas futuras. Nadie podría negar que los políticos trabajan siempre con la visión puesta en la zanahoria de las posiciones ulteriores. Considero esta situación es plenamente válida cuando dichas posiciones se alcanzan como premio a un desempeño eficiente y honesto. Parece ser el caso en este gobierno municipal, y ello me produce beneplácito, ya que de esta manera podemos mostrar a los numerosos críticos de la democracia un ejemplo de eficacia dentro de esquemas de competencia política abierta.
El contraste con la administración municipal precedente, la del muy popular arquitecto Rafael Villagómez, abanderado circunstancial del PRD, es muy patente. Las esperanzas que despertó un gobierno emanado de un partido que asume las causas populares --“primero los pobres”-- como el leit motiv de su actuar, fueron frustradas por un estilo de gobierno desparpajado, descuidado y sin un plan de trabajo claro. Eso favoreció el retorno del PRI al poder local, y en particular de los llamados “sectarios”, que han acaparado los espacios de representación en la capital del estado. El éxito de Arnulfo Vázquez Nieto ya marcó el camino a seguir por parte de sus compañeros de camarilla, quienes ya se agitan en la búsqueda de la candidatura para el 2006. Destacan los repetidores: Eduardo Knapp y Luis Felipe Luna. Seguramente van a ofrecer un estilo emulador del actual presidente hotelero: mejorar en el segundo periodo el buen papel que cumplieron en el primero.
La política parroquial guanajuatense puede estar adelantando las estrategias que luego podamos ver transportadas al ámbito estatal. Las credenciales de los candidatos de todos los partidos podrán ser avaladas mediante ejercicios aceptables en los ámbitos municipales, casi como prerrequisito para aspirar a la conducción estatal. En la historia no tan reciente del estado de Guanajuato, sólo Carlos Medina Plascencia contaba con esta experiencia previa como edil. Y sin duda que eso le ayudó mucho para enfrentar los retos de la convivencia social en una entidad muy diversificada. Fox y Ramón Martín sólo contaban con experiencia parlamentaria. Juan Carlos Romero nunca había salido de los ámbitos universitarios. Y ni hablar de los gobernadores priístas: todos fueron producto de la burocracia federal --con la rara excepción del doctor Rodríguez Gaona, quien tampoco fue presidente municipal.
Guanajuato capital se está beneficiando de la intensa competencia democrática que se inauguró en 1991. A pesar de que nunca ha sido gobernado por el PAN, no ha sido ajeno a la alternancia hacia partidos de derecha, como sucedió con el PDM en 1982. No puede hablarse tampoco de una vocación priísta, pues el PRD ya tuvo su chance de gobernar, y si encuentra buen candidato puede tener oportunidad de retornar al edificio de las casas reales. El PAN necesita crecer tanto en número como en calidad de su militancia, así como de hacerse de buenos precandidatos, que todavía no veo aparecer. En apariencia en este momento el PRI parece mejor ubicado que sus rivales. Por supuesto no podemos adelantar vísperas, pues muchas cosas pueden alterar el escenario local. Pero sinceramente me congratulo de que la competencia actual azuce las vocaciones de servicio en todos los partidos y que hoy podamos presumir de un buen gobierno, que sin duda dejará huella en la fisonomía urbana y la calidad de los servicios que estamos recibiendo los guanajuateños, sufridos habitantes de la cañada.

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