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viernes, 24 de agosto de 2007

En busca de un Rector, V

Hoy viernes el Consejo Universitario de la UG estará realizando una sesión extraordinaria donde examinará el dictamen de su Comisión Especial sobre el proceso de auscultación de la comunidad universitaria. También testimoniará la presentación de los proyectos por parte de los doctores Lara y Vargas, y finalmente resolverá sobre sus candidaturas para presentarlas al Colegio Directivo, mismo que definirá finalmente quién será el siguiente Rector de esa casa de estudios en un informe a presentarse el 27 de septiembre.
La “competencia” se ha concentrado en un comparativo entre los dos perfiles personales y los proyectos institucionales respectivos. Yo tuve oportunidad de asistir a la presentación que los candidatos realizaron en Salvatierra ante las comunidades académicas de esa ciudad –la prepa, la UNESS y el CIIH y de Yuriria, donde se ubica el Campus Sur. El pequeño auditorio de la prepa se llenó a tope, y el ambiente de gran participación e interés no decayó en las dos horas que duró el encuentro. Ambos candidatos desarrollaron sus presentaciones de forma impecable, aunque es evidente que el doctor Vargas tiene mayor “dominio de escena” y su presentación fue de mejor factura en su técnica didáctica. Se me comentó que el doctor Lara “ha venido de menos a más” en sus presentaciones, y aunque sus dotes de orador nunca han sido extraordinarias, sabe comunicarse muy bien con audiencias que agradecen la sencillez, como era el caso en Salvatierra.
Ahora sí tuve oportunidad de estudiar con cuidado los proyectos, que al fin han circulado profusamente en la comunidad. Gracias a ello puedo emitir algunas opiniones personales sobre ambos candidatos, además de que ya les escuché ante audiencias concretas. Primero diré que ambos presentan perfiles académicos destacados, con dominante científica, con experiencia y reconocimientos nacionales y en el extranjero. Eso me permite sentirme conforme y tranquilo con la preselección de este par de profesores. Ambos tienen una visión ambiciosa y moderna de lo que debe ser la universidad mexicana del futuro. Uno es producto de una formación médica rigurosa, con un evidente cuidado de la consistencia intelectual que debe caracterizar al académico de alto nivel –aunque acompañada de una inevitable vanidad y altivez que se traslucen en un discurso en ocasiones engolado . El otro candidato ha sido fruto de una tradición técnica ingenieril de alto nivel pero con menos “abolengo” ancestral , caracterizada por su sentido práctico e industrioso, con origen más humilde y vinculado con las necesidades más terrenales de la comunidad. Por lo mismo, esa formación con frecuencia no cuida suficientemente las habilidades de comunicación social que pueden permitir una mayor efectividad en la emisión de mensajes atractivos.
Hay diferencias nada menores entre las propuestas: Vargas plantea de plano una refundación de la universidad. Lara, en cambio, busca continuar y consolidar los proyectos que se arrancaron en su primera gestión. El primero parece apostarle mucho al crecimiento basado en el modelo tecnologizado de la universidad virtual, que en lo personal me despierta muchas reservas, por el costo económico que representa, la escasez de recursos humanos capacitados para implementarla y por los peligros de la expansión basada en la virtualidad, que diluye mucho la interacción directa de profesores y alumnos. El otro candidato le juega más al desarrollo de los Campii regionales, como lo ha venido haciendo; también busca el crecimiento y el acercamiento de la universidad a sus clientes naturales en las regiones; igual cree en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, pero desde una perspectiva más ortodoxa y, desde mi parecer, realista. Es cierto que no busca la innovación per se, una refundación, sino que propone la consolidación de lo ya comenzado. Es una propuesta más conservadora, pero igualmente creo que más sensata para el momento que atravesamos.
A mi parecer el Colegio Directivo no corre riesgos: cualquiera de los candidatos será un excelente rector general. Lo que deberá juzgar son las finuras de los perfiles y modelos: dos científicos, uno próximo a las sutilezas del alma y salud humanas, y el otro cercano a la resolución de problemas prácticos, un efectivista. Uno propone la “refundación”, pero aporta pocos elementos para conocer cómo promoverá tal cosa con una nueva ley orgánica que ni siquiera se ha aplicado , y el otro que busca culminar su propio trabajo de innovación, con los pies plantados en la tierra llana, aunque con menos glamour y encanto que las propuestas de su rival. A ambos les deseo la mejor de las suertes, y les pido una disculpa por la inevitable caricaturización de sus propuestas. Seguiremos reflexionando sobre este asunto…

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