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martes, 6 de julio de 2010

Chamacuero histórico

Chamacuero histórico



Publicado en de Guanajuato.
La sexta entrega de las monografías históricas que está publicando la Comisión Estatal del Bicentenario en Guanajuato, se dedicó al municipio de Chamacuero de Comonfort. El texto, abundante y muy bien documentado, es producto de la colaboración de un joven aficionado a la historia, Leonardo López-Eguía, con el doctor en ingeniería Federico Groenewold Alexandri, avecindado en esa ciudad desde hace muchos años, y personaje muy activo en la sociedad chamacuerense. El primero era aún menor de edad cuando se aproximó al maduro intelectual nacido en 1938 en la ciudad de México, para proponerle reunir el conocimiento histórico existente sobre su municipio en un libro monográfico. La empresa parecía imposible para un chico sin experiencia, quien “no sólo tomó la responsabilidad de hacer el libro, sino que me involucró en su empresa, pidiéndome ayuda, asesoría y exigiéndome revisiones gramaticales, de redacción y estilo”, confiesa el doctor Groenewold en el prefacio escrito en 2005.

Llama mucho la atención que esa colaboración aparentemente dispar haya obtenido un producto tan destacable. En contraste con las otras obras ya analizadas en esta columna, la información que se despliega en este libro de 300 nutridas páginas es fundamentalmente histórica. Incluso cuando se proporcionan datos de tipo fisiográfico, hidrológico o edafológico, los autores siempre hacen referencia a la historia local. Desde el inicio hacen explícita su renuncia a “cualquier sentimentalismo o pasión que pueda distorsionar la imagen que se va a proyectar”, y en efecto el texto no deja mucha chance a la emoción, aunque sí expone opiniones personales basadas en los hechos concretos. Sólo en el largo capítulo final, la “domesticación de Chamacuero”, que en parte se fundamenta en textos ya publicados antes por el doctor Groenewold, se evidencian las filias y fobias políticas del autor. Es evidente que gran parte de los hechos de la contemporaneidad chamacuerense fueron testimoniados por este coautor, a quien la política no le es ajena.
Los autores tejen con éxito los elementos de la microhistoria local con los procesos que se desarrollaban en la región y el país. Por supuesto esto también es debido a la escasez de fuentes documentales locales. Entre muchos depositorios, trabajaron con los del Archivo General de la Nación y con el fondo Chamacuero de El Colegio de Michoacán, institución ésta que se ha convertido en referencia documental de consideración.
El texto es cuidadoso y busca fundamentar sus asertos con la bibliografía adecuada. Es llamativo que las referencias a historiadores, antropólogos, arqueólogos, politólogos y demás especialistas sea tan actual y pertinente. La monografía, con un poco más de cuidados académicos, podría ser presentada como tesis de maestría sin ningún problema. Es de felicitar al municipio de Comonfort -nombre impuesto del que se duelen los autores- cuente ya con un esfuerzo de sistematización histórica, que de seguro va a apoyar nuevos esfuerzos que tengan propósitos más especializados, para que la microhistoria de la tierra natal del notable historiador y político José María Luis Mora, muerto en París en 1850.


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